Si se dañan los riñones, esto obliga a los pacientes a sustituir parcialmente algunas de sus funciones con diálisis o un trasplante renal. Las causas más comunes de esta enfermedad son la nefropatía diabética, hipertensión arterial y glomerulonefritis”.
Este es uno de los aspectos relevantes de la Semana del Riñón que se realizará entre el 8 y el 14 de Mayo del 2017 y que organiza la Sociedad Chilena de Nefrología.
Uno de los grandes problemas de la enfermedad renal es que puede ser absolutamente asintomática, detectándose solo a través de exámenes de laboratorio y de imágenes al riñón, y se diagnostica, habitualmente, mediante el uso de estos marcadores.
Rara vez es necesario realizar una biopsia renal y muchas veces no se logra determinar la enfermedad que lo originó. Los principales indicadores de daño renal son una elevación de la creatininemia, uremia y una elevada excreción urinaria de proteínas.
Hoy en día existen tres opciones de tratamiento sustitutivo renal: trasplante, diálisis peritoneal y hemodiálisis. Estas opciones son complementarias entre sí, y un paciente renal puede pasar por todas éstas a lo largo de su enfermedad. Demás está decir el deterioro en la calidad de vida que genera esta patología en los afectados, que los puede llevar entre otras situaciones de deterioro a conectarse a máquinas para poder sobrevivir.
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es un problema creciente a nivel mundial con una prevalencia estimada cercana a 10% de la población y la mayoría de las personas que está en fases tempranas no tiene conocimiento de su existencia, pudiendo evolucionar a enfermedad renal terminal si es que no media algún tipo de intervención.
En nuestro país su prevalencia, incluyendo todas sus etapas, no es bien conocida. La Encuesta Nacional de Salud la estimó en el año 2010 en 2,7% en población adulta presuntamente sana. Por otra parte, en pacientes consultantes en la atención primaria de salud, la prevalencia global de ERC es de 12,1%, siendo significativamente superior en mujeres (14,5%) que en hombres (7,4).
El 11% de las personas se encuentra en etapa 3; el 0,3% de las personas en etapa 4; y el 0,2% en etapa 5 que es la que requiere de diálisis o trasplante.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo clásicos que predisponen a desarrollar ERC son la hipertensión arterial (HTA), diabetes mellitus (DM), edad superior a 60 años, presencia de enfermedad cardiovascular y la existencia de familiares en diálisis o sometidos a un trasplante renal.
Otras causas descritas son el síndrome metabólico, tabaquismo, dislipidemia, sedentarismo y la obesidad.